Cuando las personas emprendedoras tienen la idea de montar una empresa, suelen comentárselo a sus personas allegadas, que le dan su opinión de cómo deberían hacerlo.
En el momento de darse de alta en hacienda y seguridad social, suelen acercarse a una asesoría, para que le gestione este trámite, y le informen de la forma jurídica más adecuada a sus necesidades, sin entrar en el modelo de negocio y ver si es viable o no. Muchas veces por ahorrarse dinero, gestionan directamente su alta en Hacienda y Seguridad Social.
A veces ocurre, que los emprendedores, van a una entidad pública o privada de orientación laboral o empresarial, y esta entidad solo le informa de sus programas, sin darle una visión global de todas las entidades y sobre todo, de su viabilidad empresarial.
El éxito y el fracaso de un proyecto, reside principalmente en la persona que lo pone en marcha, pero el desconocimiento de la normativa legal, una desinformación, etc, pueden hacer que proyectos viables dejen de serlo.
Este post surge de la reflexión por mentorizaciones y atenciones que he realizado este 2016 a varias personas emprendedoras. Algunos de esos ejemplos son:
- Presentar una solicitud de pago único, presentando un plan de empresa de 1 carilla y pidiendo entre 15 y 25.000 euros, con facturas repetidas, inflando los presupuestos, pensando que le van a dar más dinero, porque se lo ha comentado otro emprendedor.
- Constituir una sociedad limitada, para ser comercial, sorprendiéndose de tener que pagar más de 300 euros de seguridad social, cuando pensaba que se podía acogerse a la tarifa plana de los 50 euros.
- Intentar constituir una sociedad civil, y el asesor informarles que hacienda tiene una directiva interna que no se pueden constituir y que van a desaparecer. Algunas asesorías no quieren montar sociedades civiles, porque ha cambiado la normativa y tienen que pagar el impuesto de sociedades, y ante el desconocimiento de la ley, no informan correctamente a sus clientes.
- Solicitar un microcrédito de 20.000 euros, para reformar un local, teniendo unos altos costes fijos mensuales de alquiler, cuando el modelo de negocio es de costes variables.
- Reformar un restaurante, dar de alta a 5 camareros y tener que cerrar en 3 meses por no poder hacer frente a los costes mensuales.
Lo peor de estos casos y otros más, además de cerrar tu negocio y perder tu sueño, es la deuda que se te queda con las entidades financieras.
A las personas emprendedoras, solo os pido que reflexiones sobre vuestra empresa, vuestro modelo de negocio y que utilicéis todos los recursos públicos que tenéis a vuestra disposición. El valor añadido que se da, no está en una subvención o incentivo, que suele tardar un año o más en recibirlo, sino en el asesoramiento que os dan y que os ayudan a quitar piedras de vuestro camino empresarial.