Cuando las personas emprendedoras tienen la idea de montar una empresa, suelen comentárselo a sus personas allegadas, que le dan su opinión de cómo deberían hacerlo.
En el momento de darse de alta en hacienda y seguridad social, suelen acercarse a una asesoría, para que le gestione este trámite, y le informen de la forma jurídica más adecuada a sus necesidades, sin entrar en el modelo de negocio y ver si es viable o no. Muchas veces por ahorrarse dinero, gestionan directamente su alta en Hacienda y Seguridad Social.
A veces ocurre, que los emprendedores, van a una entidad pública o privada de orientación laboral o empresarial, y esta entidad solo le informa de sus programas, sin darle una visión global de todas las entidades y sobre todo, de su viabilidad empresarial.
El éxito y el fracaso de un proyecto, reside principalmente en la persona que lo pone en marcha, pero el desconocimiento de la normativa legal, una desinformación, etc, pueden hacer que proyectos viables dejen de serlo.
Este post surge de la reflexión por mentorizaciones y atenciones que he realizado este 2016 a varias personas emprendedoras. Algunos de esos ejemplos son:
Lo peor de estos casos y otros más, además de cerrar tu negocio y perder tu sueño, es la deuda que se te queda con las entidades financieras.
A las personas emprendedoras, solo os pido que reflexiones sobre vuestra empresa, vuestro modelo de negocio y que utilicéis todos los recursos públicos que tenéis a vuestra disposición. El valor añadido que se da, no está en una subvención o incentivo, que suele tardar un año o más en recibirlo, sino en el asesoramiento que os dan y que os ayudan a quitar piedras de vuestro camino empresarial.