Esta pregunta que se hacen las personas emprendedoras, a la hora de montar su negocio, y que les tienes horas sin dormir, tiene una fácil respuesta, depende. Y como dice la canción, de qué depende?:
- De la responsabilidad que queramos adquirir.
- De cómo queramos relacionarnos con los socios.
- De nuestra economía.
- De nuestra filosofía y forma de pensar.
- De qué órganos de gobierno queramos.
- De cómo queramos que influya el capital y el trabajo.
- De cómo queramos nuestra relación laboral y nuestra seguridad social
- De cómo queramos crecer y la relación con nuestros trabajadores.
- Del tipo de contabilidad que queramos llevar.
Si somos capaces de responder a estas cuestiones, la solución es fácil, porque:
- Cada figura jurídica tiene sus ventajas e inconvenientes.
- Ninguna es mejor que otra.
- Lo importante es elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades.
- Y como en nuestras relaciones personales, podemos pasar de una forma jurídica a otra con el tiempo.
Las fórmulas jurídicas más habituales para llevar a cabo el proyecto pueden ser:
A. Persona Física:
– Empresario individual (lo que todo el mundo conoce como autónomo).
– Sociedad civil y comunidad de bienes.
B. Persona jurídica:
– Sociedades laborales:
Sociedad limitada laboral.
Sociedad Anónima Laboral.
– Cooperativas.
– Sociedad limitada.
– Sociedad anónima.
– Otras formas societarias.
En esta tabla, se pueden ver algunos de los motivos de elección de las formas jurídicas:
