Los problemas de los emprendedores culturales con el TGSS y las Cooperativas culturales de impulso empresarial y trabajo asociado

Emprendimiento

La Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS ) está retirando la ‘Tarifa Plana’ del autónomo a l@s empresari@s individuales que facturaron con estas cooperativas y les están embargando sus cuentas, notificándoselo con el siguiente texto: “la situación de alta, como consecuencia de los periodos anteriormente anotados, carece de los requisitos para practicarse bonificaciones. Es por ello que la cuota resultante es la correspondiente a ese Régimen sin reducción alguna de la cotización”.

¿Cómo nace esta investigación del ministerio de Trabajo?

Esta investigación nace de la denuncia de ATA (Federación Nacional de Trabajadores Autónomos), con la colaboración de la patronal de las Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal  que las consideran competencia desleal.

El Ministerio de Trabajo está estudiando de manera personalizada la situación de cada una de las cooperativas investigadas: factoo, SmartIB, freeautonomos, Cooperativa Online, Tefacturamos, Smartcooper, Inpulse, Freelance SCM, Articat, etc.

¿Consecuencias?

Inpulse Profesionales de la Cultura ha sido la primera cooperativa que ha decidido cerrar, a la que le han seguido otras plataformas, tras la descalificación como  cooperativa de Factoo por parte del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, aunque ellos siguen captando clientes y haciendo publicidad de sus servicios.

Esto ha generado la creación de la Asociación de Afectados por las Cooperativas de Facturación (ACF), para defenderse ante la administración, porque según ellos están cometiendo un acto ‘nulo de pleno derecho’ , ya que han presentado varios recursos y todavía  no hay una sentencia en firme sobre la descalificación de dichas cooperativas (caso Factoo).

¿Por qué nacieron estas cooperativas?

Estas cooperativas ofrecen una solución a los profesionales que tiene trabajos esporádicos con pocos ingresos, dándoles la posibilidad de facturar a través de estas cooperativas, sin necesidad de darse de alta de autónomo, cotizando en  el Régimen General. El funcionamiento es el siguiente:

  • Te haces socio de la cooperativa,  abonando la correspondiente cuota.
  • Cada vez que se tiene un prestación de servicio que facturar a un tercero, se le comunica a la cooperativa, que te da de alta en la Seguridad Social como trabajador, por un tiempo determinado, por el tiempo de la producción del bien o servicio de que se trate, normalmente horas o incluso días.
  • La cooperativa emite factura al cliente,  la cobra y le paga  al profesional la factura menos los descuentos correspondientes a la cotización de la Seguridad Social, la retención de IRPF, el IVA, su comisión, que suelen rondar el 5%,  y un porcentaje a cuenta del impuesto de sociedades.

Este modelo, ha servido para que muchos emprendedores del sector creativo cultural, estuvieran dados de alta en la Seguridad Social y se acostumbraran a facturar, siendo así el paso previo a su alta como empresari@s individuales. Este sistema de facturación, se podría haber asimilado también al sector de la construcción, para que los «chapús» de los fines de semana, se facturaran a la seguridad social.

En la situación actual que nos encontramos, y dado que no existe el autónomo a media jornada, ni de fin de semana, etc , que podrían ser otra soluciones, la administración debe dar respuesta al sector creativo cultural para poder encajar este sistema de facturación con un encaje normativo en la Seguridad Social y en Hacienda, lo que aumentaría los ingresos en la Agencia Tributaria, además de regularizar las cotizaciones de los músicos, artistas, diseñadores, etc.

 

 

 

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