Entre las historias más sorprendentes que me han contado las personas emprendedoras en el 2018, os voy a exponer la que más me ha llamado la atención.
Me explicó que cuando empezó a trabajar en su empresa, tras un proceso de selección de más de 1.000 aspirantes, tenía un plan de carrera que duraba 5 años, con unos objetivos y evaluaciones anuales, para ir subiendo de categoría dentro de su empresa. Pasados estos años, cuando su empresa estaba consolidada y con muy buenos resultados económicos, absorbió a otra empresa, cuyos trabajadores tenían un convenio colectivo distinto, como pasa hoy en día en las fusiones de las mutuas.
A estos trabajadores nuevos, se les ofreció el mismo plan de carrera, para que fueran subiendo de nivel, pasando las evaluaciones anuales. Los sindicatos de esta empresa absorbida se negaron, porque desde el primer día querían tener la misma categoría que los trabajadores de la empresa matriz, sin pasar por evaluaciones anuales.
Una vez terminados los convenios colectivos de ambas entidades, no se pudo llegar a un convenio colectivo, porque los trabajadores de la empresa absorbida, querían la equiparación salarial inmediata, mediante la reducción del sueldo de los trabajadores de la empresa matriz. Estos, se negaron a apoyarles, con toda la razón del mundo, porque no buscaban la igualdad económica al alza (increíble que un sindicato defendiera pedir bajar el sueldo de sus trabajadores).
Además, como no se llegaba a un acuerdo entre sindicatos y la empresa, los trabajadores absorbidos empezaron a realizar moving a los otros compañeros de trabajo, en los centros de trabajo, como si fuera la culpa que tuvieran unos ineptos representantes sindicales.
Pasaron los años, y los sindicatos y la empresa llegaron a un acuerdo, a través de un laudo arbitral, que Hacienda no aprobó, a través de un informe desfavorable. Pasaron un par de años más, la situación económica mejoró, los dueños de la empresa tenían más capital, y aun así, en vez de pedir una equiparación salarial al alza para todos los trabajadores, estos trabajadores y el sindicato, seguían defendiendo un acuerdo desfavorable para todos los trabajadores, por no cambiar de discurso a sus afiliados.
Aunque parezca mentira, el siguiente paso de estos trabajadores subrogados fue intentar que la empresa cerrara y desapareciera (con el único objetivo de que todos los trabajadores cobraran lo mismo, en el desempleo), a través de escraches, mailings, ataques en redes sociales a los socios capitalistas, etc.
Los dueños de la empresa, cansados de esta situación, decidieron vender sus acciones a otros socios capitalistas. Estos, venían a invertir en la empresa, con nuevas tecnologías, pero hicieron expedientes de regulación de empleo, y se trajeron empleados de confianza de sus otras empresas que tenían.
Menos mal que esta historia está basada en el día de los inocentes, y es una broma. Feliz 2019.