La tendencia actual entre los mentores y consultores a los emprendedores, es no realizar el plan de empresa, potenciando otras herramientas de presentación de los proyectos, como el modelo Canvas y el Lean Startup.
Son métodos más visuales para ver la viabilidad de un proyecto empresarial y testearlo, así como para modificar la visión estratégica del mismo y los puntos clave del modelo de negocio.
Las entidades financieras, la mayoría de concursos, premios, ayudas y subvenciones para emprendedores, si solicitan el plan de empresa.
Un plan de empresa, útil y bien elaborado, no se hace en un día, ni en un mes, ya que implica, para que esté bien realizado, hacer un estudio de mercado, analizar tu producto y servicio, estudiar la viabilidad económica, etc. Esto conlleva, que la mayoría de las personas emprendedoras no lo realicen o lo hagan sin la profundidad que necesitan, siendo un autoengaño para ellos mismos.
Los fallos más repetidos en la realización del plan de empresa, son:
- Las previsiones de ingresos y gastos.
- El plan de marketing y la acción comercial.
- Saber el valor que tu producto ó servicio da a tus clientes.
- Temporalización de las acciones.
- No ser conscientes que ya no existen clientes fieles, ni detectar quien pueden ser tus prosumidores y prescriptiores.
Un plan de empresa es el camino que te marcas de lo que quieres hacer y emprender, y en cuanto tiempo quieres hacerlo.
Como toda planificación es para no cumplirla, pero sirve para analizar los porqué de lo que has hecho y que no has hecho, en que te has desviado y en que no, para reflexionar y tomar decisiones que mejoren la marcha de la empresa.
Independientemente del método y herramienta que se utilice cuando se emprende, hay que testear los productos y servicios entre los posibles clientes, con un producto o servicio mínimo viable, antes de sacarlo al mercado, porque es más económico y permite mayor rapidez para adaptarte a las necesidades del cliente.
Se debe hacer el plan de empresa, incorporando los nuevos modelos de viabilidad empresarial, sabiendo que probablemente las conclusiones a las que llegues, te hagan ser infiel a la idea original con la que empezaste, por muy duro que te sea admitirlo.
Emprende con la razón pero sin olvidar tu corazón.