Al igual que estamos sufriendo una crisis de la energía actualmente, que está elevando la inflación, en el futuro tendremos crisis y guerras por la gestión y consumo del agua, y más con los efectos que está produciendo el cambio climático.
Después de visitar este fin de semana la Axarquía, reflexioné sobre el coste económico del consumo de agua en el pantano de la Viñuela. Este año, hasta abril ha sido un año bueno en lluvias en Málaga, se nota en lo verde que está el campo, y a primera vista, cuesta entender cómo puede estar este pantano con tan poca agua.
El agua es un bien común de todos, y su sobre explotación, debería cuantificarse económicamente e imputárselo a quien lo consume y explota. Y esta consideración, es porque nuestro clima es mediterráneo, donde el consumo de agua cada vez es más elevado, que conlleva un nivel bajo en acuíferos y embalses, ofreciendo las administraciones un capacidad mínima frente a episodios de sequía.
Medidas a plantearse desde la gestión pública:
Lo que hay que hacer es recalcular el coste del agua, que debe ser un bien público y gestionado totalmente por la administración pública, imputando los costes directos e indirectos de la producción, mantenimiento y gestión de la misma.
No puede ser que la gestión del agua esté en manos de pocas empresas, quedándose con grandes beneficios económicos, tanto eléctricas como grandes empresas hortofrutículas, ….; y las consecuencias y los costes lo sufran como siempre los ciudadanos, mirando los políticos hacia otro lado por las puertas giratorias y los intereses económicos y electorales.