El análisis interno de la empresa proporciona una información cuantitativa y cualitativa clave para el nuestro proyecto. El análisis de los recursos y capacidades de la empresa determinará cuáles son sus puntos fuertes, que le permitirán mantener una ventaja competitiva, y cuáles son sus puntos débiles, que suponen un riesgo para conseguir sus objetivos a medio-largo plazo.
El estudio de los procesos internos de la empresa analiza:
A) Análisis del proceso cliente-mercado.
1. Con relación al mercado:
Que la empresa tenga conocimiento del mercado al que se dirige para poder analizar su grado de adecuación al mismo, para establecer una estrategia coherente con las especificidades de ese mercado, que permita aprovechar las oportunidades que brinda. Esto es:
– Que su producto o servicio cumpla las expectativas y requisitos del o mercado.
– Que sus precios sean adecuados.
– Que conozca los canales de distribución para su producto o servicio.
– Que conozca a su competencia.
2. Con relación a los clientes:
Que posea clientes fieles y satisfechos, para lo cual resulta recomendable medir las relaciones con los clientes y conocer las expectativas que tienen sobre la evolución de las relaciones.
Identificar y conocer los principales elementos que generan valor o para los clientes, para centrarse en los procesos más importantes y más satisfactorios para ellos.
B) Análisis de los procesos internos.
La satisfacción de los clientes se basa en el nivel de eficacia general de la empresa, que se evidencia en la calidad de sus procesos internos desde el diseño, fabricación, venta, entrega, servicios post-venta, hasta en los procesos administrativos y de control interno.
c) Análisis del proceso económico-financiero.
De los objetivos financieros que se quieran lograr, partirán muchas de las decisiones y acciones que se tomen en los restantes procesos de la empresa, lo cual deberá servir de enfoque y posteriormente control de las medidas tomadas. Aunque este es uno de los elementos clave en la empresa no debe ser el único factor de decisión, sobre todo al comienzo de un proyecto de comercialización.
d) Aprendizaje y desarrollo.
Este proceso es el motor impulsor del resto de procesos de la empresa y refleja los conocimientos y habilidades que la empresa posee tanto para desarrollar sus productos o servicios como para cambiar y aprender.
El desarrollo continuo de las competencias del equipo humano de la empresa, el uso de la tecnología como generador de valor, la disponibilidad de información estratégica que asegure la óptima toma de decisiones y la creación de un clima cultural propio para afianzar las acciones transformadoras de la empresa, son objetivos que pueden repercutir positivamente en los objetivos de venta y en los resultados de la empresa.